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jueves, 28 de abril de 2016

3 razones de peso para no obligar a dar besos ni abrazos.

Tener hijos debería ser una decisión tomada desde el amor, la verdadera necesidad consciente y el respeto hacia la vida. No ser padres porque es lo que toca. La ma/paternidad nos cambia la vida por completo, exigirá que nos superemos día a día y por eso no se debe tomar tal decisión a la ligera. Debemos seguir cuidando nuestro bienestar pero nuestra prioridad pasará a ser nuestro bebé. En ese momento empezaremos a recorrer un camino totalmente distinto que nos empoderará y nos enseñará mil y una maravillas si estamos atentos.


Para estar atentos, debemos pasar tiempo de calidad con ellos, ver sus reacciones ante las situaciones, conocer sus propios gustos y preferencias. Sobre todo, dejar de lado la vida estresante y que el reloj se pare mientras disfrutamos de la compañía mútua, nos beneficiará a toda la familia.

1ª Razón: El mundo gira alrededor del adultocentrismo. Nuestro día a día está pensado para la vida adulta y los niños no tienen lugar, todo lo que tenga que ver con ellos nos molesta. El echo de priorizar nuestros hijos ante todos los acontecimientos cotidianos nos supone un gran sacrificio. ¿Soy la única que piensa que esto no debería ser así? Esta condición impuesta por nuestra sociedad y por nosotros mismos, hace que lo que no permitiríamos como adultos, sí se lo exijamos a nuestros hijos.

Que sean inexpertos a la hora de interactuar con su entorno, no significa que debamos domarles, exigirles ni obligarles a algo tan sentimental e íntimo como un beso.


2ª Razón: El hecho de respetar las decisiones de los demás también incluye a los niños. Ellos, ávidos de experimentar, tocar, sentir e imitar todo lo que ven en nosotros y su entorno hará que lo quieran todo aquí y ahora. A nosotros nos tocará guiarles poco a poco para que conozcan la paciencia, lo que es correcto y lo que es seguro que no atente contra su seguridad, pero sin mellar su autoestima por el camino del aprendizaje. Y para ello, no debemos obligar jamás a que den un beso, un abrazo, un "te quiero" cuándo y con quién.

Chantajearles para que den un abrazo, es aceptar un sometimiento ante cualquier situación futura.

3ª Razón: El ejercicio de empatizar se trata de escuchar, ponernos en su piel y preguntar. Una vez tenida en cuenta su opinión, es cuando podemos dar nuestro punto de vista -que no tiene porque ser el mismo que nuestro/a hijo/a o cualquier otra persona- añadiendo cómo nos sentimos al respecto para transmitir nuestro estado emocional y finalizando con nuestro respeto y nuestro agradecimiento por haber compartido esa conversación, ese sentimiento. ¿Por qué voy a dar un abrazo, un beso, un "te quiero" a una persona cuándo en ese momento no me apetece o no lo siento así? Este es el ejemplo más fácil para practicar la empatía. Reflexionemos y empecemos.


Un adulto jamás consentiría que le obliguen a besar a otro. Da igual si es un familiar, un amigo, un jefe. El cariño no se compra ni se gana de esa manera.

Si se os ocurren más motivos por los que nuestros hijos no deberían someterse a tales peticiones para "demostrar" su amor hacía otras personas, no dudeis exponerla en comentarios. ;)

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

* Podeis adquirir un ejemplar del libro aquí.
* Proximo encuentro el 7 y 8 de mayo en el Festival de Parto y Crianza Respetuosa en Bassegoda Park con Eco-mamá.

jueves, 21 de abril de 2016

5 situaciones cotidianas que nos retan.

Muchas son las situaciones con las que nos topamos diariamente que nos retan y nos enfrentan cara a cara con nuestros fantasmas del pasado. Hemos oído más de una vez lo importante que es la educación recibida para nuestro desarrollo personal y emocional, por lo que esa influencia basada en el trato recibido en nuestra infancia será decisiva cuando debamos solventar los percances que nos encontremos por el camino de nuestra vida.


1ª Situación: A los que nos han repetido constantemente en nuestra niñez que nos quedemos quietos, callados y nos comportemos, hoy nos vemos luchando interiormente por no atender más las miradas ajenas que los sentimientos que puedan tener nuestros hijos al experimentar una rabieta. Nos vemos condicionados por el qué dirán ya que eso nos inculcaron a nosotros.

Deberíamos olvidarnos de dónde estamos, con quién y qué pueden estar pensando los demás para centrarnos en lo que verdaderamente nos importa: ¿Qué le ocurre? ¿Qué necesita? Sea lo que sea, nuestra atención debe recaer por completo en él/ella y no en los falsos jueces.

2ª Situación: Cuando se manchan la ropa por meterse en un charco, en el barro o por querer experimentar con la comida... En esos momentos nuestro fuero interno condicionado por haber recibido un sermón de pequeños por "ir con esos harapos" -con el pelo o incluso la cara manchada- hace que nuestro cerebro quiera rugir con las mismas palabras y quedándonos solo con el plano negativo, pero parémonos. La ropa es ropa y se puede lavar. Todos los niños del mundo deberían experimentar todo tipo de vivencias ensuciándose las manos, empapándose de todo el conocimiento a través del tacto, del juego sensorial. Lo material debe quedar en segundo plano.


3ª Situación: Cuando juegan con lo comida y lo ponen todo perdido. Nos han inculcado que todo debe estar en su sitio y que nada puede ensuciarse al mismo tiempo que nos daban de comer obligándonos a no dejar nada en el plato. Pues bien, ahora a nosotros nos cuesta ver el "merdé" que ocasiona el BLW y dejarles experimentar con las texturas y los sabores decidiendo ellos cuánto, cómo y cuándo. Ahí nos queda la obsesión y la preocupación de si estarán comiendo lo suficiente, de si no se quedaran con hambre. Debemos dejar de arrastrar ese lastre y confiar en la auto regulación de nuestros hijos.

4ª Situación: El desorden de nuestra casa. Otro tema problemático es el priorizar lo que realmente importa. Nuestros hijos son lo primero por lo que las tareas del hogar deben quedar en segundo plano. Nos han inculcado que la casa siempre debemos tenerla impoluta, incluso ahora cuando entran en nuestra selva y ven todo por hacer se echan las manos encima. Pues que hagan y digan lo que quieran, porque tendremos la conciencia tranquila de que estamos pasando tiempo de calidad con nuestros hijos y eso no deberíamos cambiarlo por nada.


5ª Situación: Pedir ayuda a nuestra pareja cuando también es su responsabilidad. En las generaciones pasadas sabemos que la mujer tanto si se quedaba en casa como si trabajaba, siempre se encargaba de los hijos. Eso todavía hoy nos condiciona, alabando cualquier mínimo esfuerzo del hombre como amo de casa y padre y exigiéndonos demasiado a nosotras mismas. La igualdad también la creamos nosotros con nuestros actos, por lo que seamos consecuentes y repartamos las funciones por igual.

La conclusión es que antes de ser padres deberíamos sanar los condicionamientos que seguimos arrastrando desde nuestra infancia y rodearnos con personas afín a nuestros pensamientos y a nuestra filosofía de vida porque no queremos cometer los mismos errores que nuestras generaciones pasadas por falta de información pudieron cometer. Ahora sí tenemos esa información y esa baza con la que ayudarnos para ofrecer la mejor crianza respetuosa y consciente a nuestros hijos.

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

* Podeis adquirir un ejemplar de mi libro aquí o en los siguientes Puntos de Venta.

lunes, 18 de abril de 2016

Lo que jamás deberíamos decirle a nuestros hijos.

Un tema escabroso que me pone los pelos de punta son los comentarios provenientes de los propios padres hacia sus hijos. Veo y oigo más abucheos de los que me gustaría. El trato que se les da en muchas ocasiones es de inferioridad. Que sean más pequeños e inexpertos que nosotros no significa que debamos mellar sus autoestimas en el proceso de desarrollo y crecimiento.


Todos sabemos que la crianza no es fácil y más si arrastramos traumas propios desde la infancia... De ahí la importancia de sanarnos antes de querer ser el mentor, el guía, el ejemplo de otro ser humano libre de pensamiento y abierto a todas las enseñanzas que estemos dispuestos a inculcarles puesto que también se nos olvida que todo consejo u observación que les hagamos debe ir acompañado de una breve pero concisa explicación que se merecen y con un valor de fondo que sea beneficioso, respetuoso y sano.

La falta de conciencia real que presencio en muchos padres sobre lo dañino que puede ser una burla en boca del padre o la madre hacia el peque, es preocupante. Reflexionemos. Para ellos somos las personas que más aman y admiran en este mundo, somos sus héroes y por consiguiente, quieren ser como nosotros. Si les exigimos constantemente que se queden quietos y callados, estamos reprimiendo su instinto biológico de exploración más básico. Si les ordenamos que se comporten, les estamos pidiendo algo que no entienden ni comprenden. Si les obligamos a comer lo que tienen en el plato, les estamos privando de la opción a escoger, a conocer sus gustos, sus preferencias y a auto regularse.

 Por otro lado están las comparaciones. La autoestima y la confianza en su propia capacidad se desvanecen cuando les machacamos diciéndoles que son menos inteligentes, rápidos, creativos, que esa otra personita. O por el hecho de no comer "tan bien", por no dormir mejor, por ser un "perdedor" o un "manta" en los juegos, por ser tan chillón... Y un largo etcétera. Como si todos los aspectos de sus hijos les molestaran...

A ellos les digo: Dejen a los niños ser niños. Confíen en su capacidad y ritmo de aprendizaje. Valoren todo lo que hagan y desechen cualquier comentario burlón hacia su persona porque ellos serán su espejo. Si vosotros les haceis burla, ellos se burlarán de sus futuros compañeros y si no sanan en su madurez, también lo harán con sus hijos. Siendo una cadena interminable y que costará de cambiar, como nos está costando a los papás y a las mamás de hoy, en este mismo aspecto u en otros.


Estamos hartos de esta sociedad que nos manipulan como quieren, no hagamos lo mismo con nuestros hijos y dejemos que ellos creen su propia personalidad, que decidan su propio camino, su propio destino. El mundo estará en sus manos y en la de todos los niños de hoy.

Nosotros como sus mentores siempre estaremos allí cuando nos necesiten para dar nuestro mejor consejo pero jamás para imponer todos y cada uno de nuestros deseos y sueños. Nosotros les damos las herramientas y les inculcamos los valores positivos con nuestras acciones diarias pero ellos serán los que decidan qué clase de persona quieren ser en todos los aspectos de su vida.

Dejemos de criar niños obedientes para criar niños con capacidad de decisión y entendimiento.

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

* Podeis adquirir un ejemplar del libro aquí.
* Próximo encuentro el fin de semana 7 y 8 de Mayo en el Festival de Parto y Crianza en Bassegoda Park con Eco-mamá.

jueves, 14 de abril de 2016

Juego sensorial con elementos naturales.

Existen muchos métodos de enseñanza respetuosos que acaban siendo una filosofía en nuestras vidas como Montessori, Waldorf o la Pedagogía blanca. Todos tienen sus diferencias pero también sus semejanzas como la importancia que le dan a estar en contacto con la naturaleza en todas las etapas de nuestra vida. Y para nuestros hijos que están en proceso de crecimiento tanto físico como emocional, jugar y estar al aire libre lo es todo para un desarrollo saludable.


Hay muchos estudios que evidencian la importancia de cuidar el medio ambiente en este mundo, por lo que es obvio pensar que nosotros también necesitamos este hábitat para una vida saludable. También hay otros estudios que demuestran los problemas de obesidad y de salud que acarrean los malos hábitos como el uso excesivo de la tecnología y estar encerrados entre cuatro paredes jugando a videojuegos.

Por eso, ahora que llega la época veraniega podemos aprovechar para hacer múltiples actividades beneficiosas con nuestros hijos sin necesidad de gastar dinero adicional, sin excusas. Podemos pasar tiempo de calidad con nuestra familia creando ese vínculo afectivo tan necesario y, por supuesto, al aire libre.

¿Cómo? Más fácil y sencillo de lo que parece: Pasear, ir a la playa y hacer una excursión por la montaña es gratis. Tres opciones al aire libre en los que puedes llevar una mochila a cuestas con lo necesario para cada plan y con tupper incluido sin necesidad de comer fuera. Y sorprendentemente puede acabar siendo un día inolvidable al contemplar la ilusión de nuestros peques y sentir lo agradable que ha sido para nuestro estado anímico y emocional rodearnos de aire puro.

Cuando más aflora la creatividad de nuestros hijos es con algo simple y natural. Puede ser un palo, una hoja, unas piedras, arena, barro... De la manera que más aprenden es dejando volar su imaginación y en los días lluviosos también podemos usar estos elementos naturales en casa para que experimenten con texturas y jueguen sin necesidad de juguetes sobre estimulantes.


Recoger piedras, conchas, palos... Puede ser una iniciación de actividad divertida para toda la familia que luego seguirá en casa cuando juguemos a clasificar las piedras por tamaños, las conchas por colores y los palos por medidas. Y si añades un poquito de plastilina a los elementos los peques pueden crear formas y figuras.

Incentivemos su creatividad sin necesidad de forzar las situaciones.

Ante todo, no minemos la creatividad que les surja. A veces hacemos bromas con sus resultados que a ellos les puede afectar mucho, por lo que vigilemos nuestras palabras sabiendo que tenemos la mofa muy interiorizada en nuestra sociedad y seamos conscientes de lo que esto puede acarrear.

Dejemos que ellos nos guíen también, que nos transmitan su espíritu joven e inocente y disfrutemos en conjunto de las aventuras que nos puede mostrar la propia naturaleza dentro de un bosque, con la arena mojada de la playa o con los animales de una granja respetada.


¿Se os ocurren más juegos o planes chulos y económicos para disfrutar en familia este verano? Si es así no dudeis en dejar vuestra aportación en comentarios. ¡Feliz crianza!

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

lunes, 11 de abril de 2016

Lo natural es lo que nos une, nuestra arma más poderosa.

En las charlas que voy realizando sacamos muchos temas en claro sobre lo importante que es empatizar más con nuestros hijos y saber profundizar en cada situación con nuestro bebé o niño/a. En este post os dejo una recopilación de lo que más se comenta y reflexionamos.


Si empezamos por la primera etapa donde ya deberíamos practicar la empatía con nuestro bebé es en el embarazo. Se sabe gracias a muchos estudios que los bebés estando en nuestro útero ya sienten lo que nosotras sentimos, huelen lo mismo, oyen todos los sonidos de fuera, compartimos digestión, temperatura corporal... Somo dos en uno. E incluso se ha demostrado que empiezan a formar su propia personalidad dependientemente de lo que nosotras y PAPÁ le transmitamos, porque el papel paternal también es fundamental en todo este proceso.

¿Cómo empatizar en esta situación? Siendo ambos conscientes de que la armonía y la relajación tiene que formar parte de nuestra vida ahora sabiendo que mamá y bebé tienen una conexión y un vínculo fuerte y especial. Rodearnos de personas agradables que nos informen y nos infundan confianza en nuestro cuerpo y en el poder de la naturaleza que tan sabia es, será primordial. Que papá nos cuide, nos mime, que hable con su bebé a través de la barriguita de mamá y que nos facilite todo el proceso siendo el apoyo moral y físico que necesitamos. Ambos cerciorándonos una vez más de que queremos, pensamos y creemos en la misma filosofía de vida a la hora de criar a nuestros hijos en todas sus etapas. Y por último, hacer oídos sordos a los malos consejos carentes de fundamento -opinólogos- y confiar en vuestro instinto como padres, dejando guiaros por el amor y el respeto para esta nueva vida que traereis al mundo juntos.


La siguiente etapa sería el parto. Tanto si es un parto hospitalario como si es un parto en casa, hemos de estar seguros de que nos atenderán con respeto durante todo el proceso, siendo lo más natural posible para que el bebé se siga sintiendo seguro y a salvo una vez fuera de su burbuja protectora que ha estado velando por él durante nueve meses.

Empatizaremos con el bebé cuando nos pongamos en su piel, recordemos de donde venimos y sepamos que aunque estemos en un futuro con muchos avances tecnológicos, nuestro organismo y nuestro ser es mucho más profundo, sabio y natural en este estado tan mamífero. Nos guste o no, lo natural es lo que nos une, siendo en sí misma nuestra arma más poderosa. Realicemos el piel con piel en cuanto nazca, evitemos visitas un mínimo de 24 horas para que mamá y bebé puedan fomentar su vínculo y lograr una lactancia exitosa. Evitemos también cualquier material plástico y dejemos aflorar el instinto de supervivencia de nuestro bebé para que se agarre a nuestro pecho y se alimente por primera vez al mismo tiempo en que vuelve a sentirse unido y a salvo con mamá. La llegada al mundo es verdaderamente importante como para realizar este proceso de manera mecanizada.


La siguiente etapa sería el sueño. Con este tema no quiero alargarme mucho porque es simple de entender. Los bebés humanos no estamos estipulados ni diseñados para dormir durante tiempos prolongados por lo que los microdespertares que tenemos tanto bebés, niños, como adultos, a ellos les afectará más. Necesitan saber que estamos ahí, necesitan cerciorarse de que siguen a salvo. Es el instinto de supervivencia que de nuevo lucha por seguir vivo. De entre todos los mamíferos, también somos los únicos que necesitamos un contacto cercano constante así que empatizemos con ellos y no les alejemos de nosotros. Durmamos en la misma cama o con una cuna incorporada a la nuestra, ellos nos olerán, nos sentirán, al alargar el brazo nos podrán tocar y se sentirán a salvo, se alimentaran sin tenernos que levantar y por consiguiente, dormiremos más y mejor mientras creamos un vínculo familiar totalmente afectivo, sin soledad, ni llantos, ni desesperación.

Y la última etapa sería el crecimiento de nuestros hijos, de bebés a niños. Seamos pacientes, respetemos el ritmo de aprendizaje de cada uno. Ni siquiera nosotros siendo adultos lo sabemos todo ni aprendemos del mismo modo, así que no les exijamos a ellos. Dejemos aflorar el proceso de maduración a su propio ritmo. Seamos los acompañantes de este maravilloso proceso, los meros espectadores de sus logros, y cuando lleguen las rabietas, que seguramente llegarán, pongámonos en su piel y recordemos cuando nosotros estamos frustrados, tristes, cansados... En esos momentos nos gusta sentirnos comprendidos, necesitamos ser atendidos con amor, delicadeza y ánimo. Si nosotros siendo adultos tenemos esos sentimientos y esas necesidades para sanarnos, ¿cómo pretendemos que ellos lleguen a esa conclusión solos? Ni siquiera saben nombrar lo que sienten y para eso estamos nosotros. Ponernos a su altura, hablarles con voz suave, preguntarles que les ocurre e incluso nombrar lo que sienten, es lo que necesitan. Si nos lo permiten, les abrazamos, pero si no es el caso, respetemos ese espacio pero sin marcharnos de su lado. Seamos su referente y enseñemos que están en todo su derecho de tener su rabieta, como todos, y que siempre puede existir una solución pero si no la tiene, pueden tener su crisis acompañados.


Si nos sentimos queridos y comprendidos, será más fácil empatizar con los demás.

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

* Podeis comprar mi libro aquí o aquí. También en los siguientes Puntos de Venta. Si preferís un ejemplar firmado, no dudeis en contactar conmigo en la Fan page.

jueves, 7 de abril de 2016

Desmontando mitos sobre crianza. (III)

Y seguimos desmontando falsos mitos que se han ido postergando de generación en generación respecto a todo lo relacionado con la crianza respetuosa y natural de nuestros hijos. Por si alguien se ha perdido las primeras dos partes, os dejo los enlaces aquí: 1ª parte. 2ª parte.



-Después de los 6 meses la leche ya no alimenta.
La composición de la leche materna va cambiando según las necesidades de los bebés. Recordemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia exclusiva hasta los seis meses y posteriormente, hasta los dos años o más, seguir con la lactancia como alimento principal complementándola con otros alimentos.

-Los niños necesitan escuchar la palabra NO para que no se vuelvan mal criados.
Nuestros hijos necesitan límites pero deben ser límites con sentido, respetuosos y enseñándoselos siempre desde nuestro ejemplo porque si nos excedemos con la palabra no lo que conseguiremos es darles a entender que no tienen libertad de expresión, que sus necesidades y deseos no son tenidos en cuenta y que sus opiniones carecen de valor.

Una crianza respetuosa no trata nunca de decir no, sino de enseñar a nuestros hijos que un no, no es el fin del mundo.



- Ignorarlos.
La atención y la comunicación permanente hacia nuestros hijos proporcionan un óptimo ambiente para el desarrollo emocional e intelectual, por lo que ignorarlos solo acarreará en ellos una baja autoestima que los acompañará hasta la edad adulta.

- No cogerlos en brazos.
Contrariamente a lo que se suele creer, si los bebés no experimentan la relajación en los brazos de sus cuidadores, nunca aprenderán a dejarse llevar, lo que es vital para un futuro saludable. Cuando los bebés están físicamente separados de las personas que velan por ellos, las respuestas de dolor se activan influyendo negativamente en sus hormonas de la felicidad.

- Mi leche es mala o aguada.
Al principio de cada toma la leche es más líquida y a medida que va avanzando la succión se vuelve más densa. Esto se debe a que durante la toma, la leche va cambiando su composición y la del final tiene más grasa.


Estos falsos mitos siguen estancados en nuestro día a día sin ser desechados por completo porque las herramientas adecuadas no están siendo utilizadas por todos, pues muchos profesionales de la sanidad siguen dando malos consejos desactualizados. Pero también es cierto que hoy en día con tan sólo un "click" podemos encontrar esa información verídica que sí nos ayudará para ofrecer los mejores cuidados a nuestros hijos. Aprovechemos que estamos en el siglo XXI y mejoremos día a día. No permitamos que esta sociedad cada vez más mecanizada e industrializada nos envenene la mente y nos aleje de nuestro poderoso instinto más natural y mamífero.

Exigir sometimiento a nuestros hijos sin cuestionar, es pedirles que abandonen su humanidad.

Si conoceis más falsos mitos contrarios a una crianza respetuosa y natural, exponerla en comentarios para ir aumentando la lista. ¡Muchas gracias por leerme! Si os ha gustado, no dudeis en compartirlo.

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

* Podeis comprar mi libro aquí.
* Próxima charla gratuita en Mimetes sobre "La importancia de EMPATIZAR con nuestros hijos en todas sus etapas".

lunes, 4 de abril de 2016

Desmontando mitos sobre crianza. (II)

Vamos a seguir desmontando falsos mitos que se han ido postergando de generación en generación respecto a todo lo relacionado con la crianza natural y respetuosa de nuestros hijos. Por si alguien se ha perdido la 1ª parte la teneis aquí.


-Si se les da la mano, ellos cogerán el brazo.
El miedo que tienen muchos papás y mamás ante esta situación es que al permitir la negociación, se les concede poder a nuestros hijos. Sin embargo, negociando con ellos lo que conseguiremos es dejar las herramientas necesarias a su disposición para que en un futuro aprendan a triunfar en lo que se les dé bien siendo honrados con los demás porque en su día les habremos tenido en cuenta y habrán tenido voz y voto en su núcleo familiar afectivo.

- No tengo suficiente leche.
Siempre que la lactancia sea a demanda, la madre producirá la cantidad de leche que el bebé necesita. La manera de producir más leche es dejando que el bebé se agarre al pecho y succione tanto como desee porque una mayor estimulación es igual a una mayor producción, sencilla y llanamente.

-Los niños necesitan ser castigados para que aprendan que hay consecuencias por su mala conducta.
Las personas que piensan de este modo, creen que si nuestros hijos no son castigados, nunca aprenderán acerca de las consecuencias... Pero se les olvida que tanto los peques como los adultos aprendemos por ensayo-error. Con nuestros consejos aprenderán a relacionar sus actos con esas consecuencias que caen por su propio peso y que en sí mismas ya son suficiente "castigo". Reflexionemos ante esta pregunta: ¿Queremos criar niños empáticos que quieran hacer lo correcto o criar niños serviciales solo para evitar consecuencias negativas?

-Dejarles llorar.
Los sistemas cerebrales de los bebés son de rápido crecimiento por lo que aprenden unos patrones con los que convivirán el resto de sus vidas, en este caso mermando su salud porque dependiendo de la atención que reciban, así será su carácter y su día a día y dejarles llorar es una tortura para ellos. No tienen la capacidad de manipularnos como muchos piensan, sino que tienen necesidades y llorar es la única manera biológica que saben para decirlo hasta que llegue el día en que aprendan a comunicarse con nosotros.

Gran parte de la humanidad está perdiendo importantes valores por el camino, quedando de esta manera confundidos respecto a lo que deben o no deben hacer para favorecer el desarrollo saludable de sus hijos durante todas las etapas de sus vidas.

Una ma/paternidad cariñosa y sensible, consciente y empática, va a ser la mejor previsión de resultados positivos en los niños del mañana.

Sara Ribot.

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viernes, 1 de abril de 2016

Desmontando mitos sobre crianza I

Para educar bajo una filosofía de vida que conlleve una crianza respetuosa y saludable para toda la familia lo primero que debemos hacer es informarnos bien al respecto y desechar todos los falsos mitos que se han ido postergando de generación en generación. Actualizarnos. En este post os ayudaré a rebatir algunos de los comentarios y preguntas más escuchadas en contra de una crianza consciente y natural...


¿El bebé ya duerme toda la noche?
El sueño es el tema más comentado entre las familias con muchas teorías al respecto, pero si nos remontamos a lo natural y a los estudios científicos de la actualidad tendremos la certeza de que lo normal para los bebés humanos es despertarse a menudo porque no están diseñados para dormir durante periodos prolongados. Ni siquiera los adultos dormimos toda la noche ya que es normal tener periodos de despertar y de sueño cortos aunque luego no los recordemos. A ellos además, les es más difícil volver a conciliar el sueño porque de entre todos los mamíferos, los humanos nacemos más inmaduros que otros animales y por esa razón necesitamos un contacto cercano con nuestros cuidadores.

Los niños están fuera de control porque sus padres son demasiado suaves con ellos.
En este comentario tan común no se es consciente de que los tiempos cambian, por lo que son muchas las circunstancias que implican una alteración y un desequilibrio en el bienestar de nuestros hijos, como el abuso de la tecnología y por consiguiente, la desconexión con la naturaleza que tan importante es para nuestro desarrollo más saludable. Los niños de antes jugaban más fuera de casa y pasaban menos tiempo frente a las pantallas. Los padres de antes trabajaban menos y podían dedicar más tiempo a sus hijos. Son razones suficientes para pensar que el ser indulgente no tiene por qué afectar negativamente al comportamiento de ellos, nada más lejos de la realidad.


Mis padres me pegaban y así aprendí a respetarlos.
El problema de este comentario es pensar que la mano dura y la agresividad hacia nuestros hijos les enseñará a respetar. Lo peor de todo es que la sociedad se dedica a prolongar este falso y dañino mito cuando la evidencia científica apunta a que el uso de la agresión solo trae resultados negativos para la salud mental y el futuro de nuestros hijos.

Los cachetes y el maltrato no son lo mismo.
La función de este comentario es hacer que la gente se sienta mejor para no tener que enfrentarse a la realidad de la situación. Aquellos que sufren en primera persona tal injusticia y pagan por ello son nuestros hijos, los cuales merecen algo mejor que este disparate social...
Un ejemplo popular muy válido: Le pegas a tu jefe, te despiden del trabajo. Le pegas a tu conyugue, te denuncian por violencia doméstica. Le pegas a tu hijo, lo llaman derecho de cada uno por criar como quiera...



Nuestros hijos no son nuestra propiedad y las relaciones amorosas son voluntarias, por eso debemos inspirar a las personas a incentivar el respeto hacia los niños. La libertad es un derecho y una necesidad para mejorar nuestro desarrollo y nuestra capacidad de exploración.

Guiarles y aconsejarles sí. Obligar por imposición no.

Sara Ribot.

Escritora, bloguera y Mamá por encima de todo.

* Podeis adquirir un ejemplar del libro aquí o en los siguientes Puntos de Venta.